Detalles: Si Songs of Praise se nutrió de la virulencia adolescente, entonces Drunk Tank Pink se adentró en una intensidad diferente. Adentrándose en aguas musicales inexploradas, envalentonados por su ingenio y cinismo merecido, crearon algo con la entrega de una banda que no tenía nada que perder. Tras superar la crisis de identidad de su segundo álbum, llegan, finalmente, a un punto de madurez duramente ganado. Aquí llega Food for Worms, que Steen declara "el Lamborghini de los discos de la vergüenza". Marca una ruptura sonora con todo lo que habían hecho antes, abandonando sus inicios post-punk por influencias más eclécticas, inspiradas en la atmósfera tensa de Merchandise, las letras agudas pero sencillas de Lou Reed y las obras más melódicas de la banda alemana de los 90, Blumfeld. Por primera vez, la banda no se adentra en su interior, sino que busca capturar el mundo que los rodea. "No creo que puedas estar encerrado en ti mismo para siempre", dice Steen. Una conversación con un amigo después de uno de sus conciertos le provocó una idea fugaz que no soltó: "Es raro, ¿verdad? La música popular siempre trata sobre el amor, el desamor o sobre ti mismo. No habla mucho de tus amigos". En muchos sentidos, el álbum es una oda a la amistad y un testimonio de la dinámica que solo cinco personas que han crecido juntas, y se han vuelto tan cercanas, contra todo pronóstico, pueden compartir.