Detalles: ¡Hola, niños humanos! Saquen la cara del comedero y quítense esa feculencia de las orejas. ¡Escuchen! Un pitido de sonar bajo la pila de cuerpos: ¡el último Oh Sees, Face Stabber! ¡Pum, pit, puaj!... la gente se agita como un pantano hirviente. ¡Qué estruendo! La pantalla parpadea por primera vez este año con una transmisión de dentro de dos meses: «Internet ha dado por muerta la música de guitarra y son libres de hacer lo que les dé la gana... ¡viva la nueva carne!». Este álbum es hip-hop de Soundcloud al revés, una némesis lejana del country contemporáneo y el pop-vómito algorítmico y flácido. No hay canciones sobre dinero ni amor flotando en el éter. Solo recuerdos, ecos, borrones borrosos, pitido, pitido, funk pesado, cánones de punk distópico, jams largas, solos hinchados que gotean por tu pecho hundido. Ganado humano como una avalancha de carne, justo en tu cara quemada. Pelusa como patas de araña arrastrándose por tu cerebro. Un montón de palabrotas para tu madre. Te ha dado la depresión por la sobrepoblación, así que vamos a tener algo de arte por el arte. ¿Qué más vas a hacer? ¿Mirar al cielo? Por favor... cincuenta copias de ti te miran mientras caminas por las calles. Respira, lo vas a necesitar. Toma drogas, las vas a necesitar solo para hacer cola en el centro de recuperación de aire y agua muy pronto. No hay fruta, amigo. Estás en la cima. Te exprimirán hasta que estés completamente exprimido. O los fans del progresivo frito y quemado, la baba aplastada de la vieja escuela, la doble batería, el bajo de plomo, las teclas mágicas (ahora con veneno), la guitarra vieja y las palabras horribles con significados absurdos. Si no te gusta, no lo escuches, colega. ¡Volvemos a la sección de comentarios! Cambio y fuera.