Detalles: A su llegada a Venecia en 1613, Monteverdi, siempre trabajador incansable, finalmente encontró un reto a su medida: componer a diario música sacra y profana para gloria de Dios o de sus mecenas. En el ocaso de su vida, recopiló sus obras en un corpus, con la intención de inspirar a los músicos durante la celebración de los servicios religiosos. Esta grabación es un testimonio musical de la obra de su vida, cuidadosamente preservada. Vincent Dumestre y Le Poeme Harmonique rinden homenaje al brillante compositor que marcó la pauta de toda la música sacra del siglo XVII.