Detalles: Loraine James se mantuvo ocupada en 2020, procesando la turbulencia del año a través de su arte. La productora del norte de Londres lanzó un programa mensual en la radio NTS, compartió varios proyectos en Bandcamp y grabó dos lanzamientos de Hyperdub: el EP Nothing y Reflection, el LP que siguió a su gran éxito de 2019, For You and I (que le valió a James, entonces asistente de profesora, el primer puesto en las listas de fin de año de Quietus y DJ Mag). También regresó a un terreno creativo distinto, inexplorado desde su adolescencia. En contraste con su sensibilidad por la música de club, este estilo abarca improvisaciones de teclado y experimentación vocal, renunciando a la estructura percusiva en favor de la creación de atmósferas y tonos. De este estado mental divergente surgieron nuevas coordenadas y climas, una nueva salida: Whatever The Weather. James, fanática desde hace mucho tiempo de artistas de Ghostly International relacionados con el ambiente, como Telefon Tel Aviv (a quien le pidió que masterizara el álbum), HTRK (cuyo cantante Jonnine Standish aparece en Nothing) y Lusine (a quien remezcló a principios de 2021), vio el sello como el hogar ideal para este álbum homónimo de pistas etéreas y transportadoras a medida que comenzaron a formularse. El título de Whatever The Weather funciona con grados; parámetros simples que permiten a James centrarse en los matices como generador de atmósfera. Su universo suspendido fluctúa; se congela, se descongela, se balancea y florece de una canción a otra. James describe su enfoque basado en improvisaciones para las sesiones como "fluido libre, parando cuando sentía que había terminado", dejando que su subconsciente tomara la iniciativa. Las improvisaciones poseen una fluidez intrínseca, similar a fenómenos meteorológicos repentinos que afectan a un mismo entorno: la ubicación se siente fija mientras que las condiciones varían. El álbum arranca con "25°C", un baño de suaves zumbidos y teclados. Al ser la pieza más larga, sirve para establecer la estabilidad, el punto de inflexión donde cualquier movimiento por encima o por debajo de esta brisa templada rompe la dicha. Dada la propensión de James al caos organizado en su producción, esta escena es, naturalmente, fugaz. Desde esa utopía, nos precipitamos a la lectura más melancólica del compás, "0°C", su aislada línea de sintetizador que atraviesa una lluvia de ritmos acerados y estática. A continuación, el dial salta para el propulsivo y destacado "17°C". Como un time-lapse de la primavera en la ciudad, el sencillo se acelera a través de un frenesí de fotogramas; bocinas de coches, frenos chirriantes y parloteo en los cruces de peatones llenan las pausas entre rápidas sacudidas de percusión multiforme. En algunos fragmentos de la obra, James se inclina por el neoclásico, creando pensativas viñetas de teclas de piano en cascada y un cálido delay. "2°C (Intermittent Rain)" cierra la cara A con un bucle corto y tormentoso; una sensación de reinicio resultante impregna la canción que abre la cara B, "10°C". La productora se integra intuitivamente con el órgano con eco, entrando y abandonando ritmos atípicos que sugieren sus intereses jazzísticos. "4°C" y "30°C" muestran la gama de experimentos vocales de James. La primera corta y afina su voz con un efecto rítmico y sobrenatural, la segunda revela a James en su faceta más directa (cita a Chino Moreno de Deftones y a Mike Kinsella de American Football como inspiración), cantando con ternura y sin trabas durante casi todo el disco antes de que los ritmos colisionen en el clímax. Whatever The Weather cierra con "36 °C", mientras que, con un calor sofocante para cualquier estándar, la canción se desliza suavemente sobre un coro de ondas de sintetizador, actuando como un excelente cierre para esta evocadora colección que recorre el cielo y que comenzó en un estado similar. Cíclica, estacional e impredecible, fiel a su homónimo.