Detalles: Versión doble LP. Incluye CD. Bajo el ala de Franz Treichler, enormes e impresionantes panoramas se despliegan como hermosos paisajes oníricos al borde del sueño, un sueño ingrávido que es a la vez reconfortante y ennegrecido por la oscuridad. Un regreso a la tierra conocida, cuya topografía ha sido modificada por el tiempo y la edad, es lo que compone la matriz de Data Mirage Tangram, el nuevo álbum de Young Gods. Ocho años sin un álbum de estudio; ya era hora de que dieran continuidad a Everybody Knows (2010) y abordaran el período de "confusión artística" —en palabras del propio Treichler— que siguió a la marcha de Al Comet y su reemplazo por el dios original Cesare Pizzi. La gira posterior trajo un soplo de aire fresco al trío, revitalizado por este regreso a sus raíces. Los vanguardistas del rock y la electrónica no son conocidos por su actitud retrógrada. Aun así, treinta años de actividad ininterrumpida solo pudieron fortalecer la voluntad de los dioses de escribir un nuevo capítulo. Data Mirage Tangram nació en un sótano entre la gente. Treichler (letras, guitarra, electrónica), Pizzi (sampling, electrónica) y Bernard Trontin (batería, percusión) aceptaron la invitación de Cully Jazz para instalarse en el escenario de la bodega THBBC como laboratorio abierto durante el festival. «El público iba y venía. No nos sentimos obligados a presentar un producto terminado. Fue realmente estimulante». Al final de la residencia, las siete pistas del álbum existían, pero sus curvas aún necesitaban ser moldeadas. La banda incorporó las canciones a su repertorio en vivo, perfeccionándolas durante tres años hasta obtener su estructura final, grabada en los estudios de Franz Treichler y mezclada en la consola del productor discográfico inglés Alan Moulder (Nine Inch Nails). El resultado se saboreará como un gran álbum de The Young Gods y una adición a sus múltiples experiencias, así como a su ADN compartido. Cada pista existe por sí misma, creando un conjunto coherente, un viaje conjunto en siete pasos únicos. En este mundo digital, que los dioses exploran como visionarios, la música respira y se libera, ondulando en la cuerda de una guitarra que vuelve a cobrar protagonismo. ¿Cómo resumiría la historia de los Jóvenes Dioses? «Un largo camino», dice Treichler. Un camino que se despliega y se extiende hasta el horizonte y sus espejismos.