Detalles: La pianista Zlata Chochieva es conocida por crear asociaciones inesperadas. En "Claroscuro", su primer álbum para naif (V7542, 2022), combinó los mundos de Scriabin y Mozart, en quienes percibe no solo el mismo deseo de claridad e ingravidez, sino también un sentido poético y retórico similar. Su siguiente álbum ("i'm Freien", V7959, 2023), un homenaje a la naturaleza, reveló, junto con los Miroirs de Ravel y las Waldszenen de Schumann, un breve ciclo, tan poco conocido y elegante (Petite Histoire), de Felix Draeseke. No es de extrañar que ahora nos ofrezca, en su primer álbum con orquesta, una de las obras más desconocidas del Romanticismo ruso: el Concierto para piano de Rimski-Kórsakov. Escrito en 1883 en memoria de Franz Liszt, cuyas dos obras del género influyeron profundamente en el autor de Sherazade, este Concierto, con su estructura monotemática, construido sobre un tema folclórico ruso, impresionó profundamente a Balákirev, quien se sorprendió al escuchar una parte solista escrita con tanta precisión idiomática, de un compositor que no era pianista. A los catorce años, Zlata Chochieva interpretó la obra bajo la dirección de Mijaíl Pletnev, entonces director de la Orquesta Nacional Rusa. Este Concierto sigue siendo para ella un «milagro de gusto, poesía e inspiración». Su inteligente y límpida interpretación se complementa a la perfección con el delicado lirismo que Rimski-Kórsakov despliega a lo largo de esta asombrosa partitura, llena de numerosos y sutiles contrastes. En el corazón de esta grabación, donde Zlata Chochieva se une a los músicos de la Orquesta Sinfónica Escocesa de la BBC y al director de orquesta alemán Karl-Heinz Steffens, surge el ardor implacable del Segundo Concierto para Piano de Sergei Prokófiev. Alejándose de la forma tormentosa en que los pianistas suelen abordar esta formidable partitura (para los dedos), Zlata Chochieva prefiere cierta sensación de fantasmagoría, recordando acertadamente que Prokófiev, como discípulo espiritual de Alexander Borodin y Nikolai Rimsky-Korsakov, disfrutaba de las historias, los antiguos cuentos de hadas rusos y las leyendas. Tras esto, nos encontramos con un cambio de aires total con la Suite de Jazz para piano y orquesta de Alexander Tsfasman, que cierra el álbum. Discípulo eminente de Felix Blumenfeld, un pianista increíblemente talentoso, a quien Shostakovich dedicó la parte para piano de una de sus bandas sonoras, Tsfasman introdujo el jazz estadounidense en la Unión Soviética y formó la primera orquesta dedicada al género. En Rusia, estrenó Rapsodia en Azul de Gershwin, compositor por quien sentía una profunda admiración. Una partitura brillantemente escrita, reconfortante y sincera, su Suite de Jazz evoca en ocasiones al compositor estadounidense, pero sobre todo a bandas sonoras de Hollywood y de la URSS. No sin un placer contagioso y travieso, Zlata Chochieva y Karl-Heinz Steffens se deleitan con sus ingeniosos encantos (Copos de Nieve). 17 de julio de 2024