Detalles: El primer álbum en más de seis años de la compositora estadounidense Julie Byrne es un testimonio de paciencia y determinación, la voluntad de transformarse a través de la desolación de la pérdida, la vitalidad de la renovación y el coraje de levantarse, cambiado para siempre. Durante casi una década, Byrne se ha movido por el mundo como una artista característicamente privada, en gran parte fuera del ojo público. Una música autodidacta que ha dedicado su vida a su trabajo, ahora emerge de un período profundamente difícil y generativo con la música más poderosa, brillante y vital de su carrera, The Greater Wings. Si bien mantienen la plasticidad del dolor y el trauma, las canciones son universalmente resonantes, desenfrenadas en su devoción y alegría, sostenidas por el amor y la alianza de una familia elegida. Byrne se inclina más hacia atmósferas tanto expansivas como íntimas; la exuberante y evocadora composición fluye entre su característica guitarra de dedos, sintetizador y un piano recién adoptado, ensanchado por florituras de arpa y cuerdas. Es el sonido trascendente del recurso, de la amistad que nunca estuvo exenta de romance, de la lealtad que arde desde adentro como un corazón en llamas y de la fuerza vital convocada en momentos irrepetibles: crudos, hermosos y salvajes. The Greater Wings se compuso a lo largo de varias temporadas, inspirándose en noches de gira, periodos de aislamiento y viajes por carretera para sus diversas colaboraciones entre Chicago, Nueva York y Los Ángeles. La grabación comenzó con el difunto Eric Littmann, su socio creativo de toda la vida y productor de Not Even Happiness, y terminó en las montañas Catskill de Nueva York con el productor Alex Somers (Sigur Rós, Julianna Barwick). Mi esperanza para The Greater Wings es que sea una carta de amor a la familia que elegí y una expresión de la profundidad de mi compromiso con nuestro futuro compartido. El dolor, transformado por él, también me hace más consciente de lo que la muerte no me arrebata. Lo entrego con el corazón, con las palabras, con el sonido. La música no está sujeta a ningún tiempo lineal, así que, en su capacidad de registrar y hablar al futuro: así es como me sentí cuando éramos simultáneos, vivos, ocurriendo al mismo tiempo. Lo que he sentido al enfrentarme a mi límite y superarlo, el amor que ha hecho que valga la pena toda esta lucha. Estos recuerdos son mis valores, me pertenecen. Julie Byrne confesará que el éxito de su LP de 2017, Not Even Happiness, fue inesperado: nueve odas elegantemente desgastadas por la carretera a los márgenes de la vida que reunió sin esperar que trascendieran tanto sus orígenes improvisados. Pero su silencioso tema de cierre, "I Live Now As A Singer", sí predijo una intención. Sabía que el espacio abierto —ocupado por la paleta de tonos de sintetizador característica de Littmann, las cuerdas de Jake Falby y la voz robusta y fluida de Byrne— presentaba algo nuevo y emocionante, algo que desarrollarían como banda en vivo de gira mundial, y que más tarde se entendería como el catalizador del material venidero. Desde meditaciones folk orquestales ("The Greater Wings", "Portrait of a Clear Day") hasta baladas de piano azotadas por el viento ("Moonless", "Death Is The Diamond") y la euforia luminosa y sintetizada de "Summer Glass", The Greater Wings se basa en este espacio revelador en cada paso.