Detalles: Sunset Rubdown está a punto de lanzar su cuarto álbum de estudio, ¡el primero en quince años!, Always Happy To Explode. Hace veinte años, Spencer Krug empezó a usar el nombre Sunset Rubdown para sus grabaciones en solitario en su dormitorio, experimentos demasiado low-fi y extraños para lo que entonces era un Wolf Parade floreciente. Sin embargo, para 2005, Sunset Rubdown se había convertido en una banda completa, con Michael Doerksen, Jordan Robson-Cramer y Camilla Wynne uniéndose a Krug en el escenario y en el estudio. La banda grabó su tercer álbum aclamado por la crítica, Dragon Slayer, en Chicago en 2008, y luego dio su último concierto en Tokio en 2009, con el conocimiento implícito de que sería el último. Se separaron en silencio, con la certeza de que nunca se reunirían cada vez mayor con el paso de los años. Entonces, una noche, más de doce años después de su último concierto, Krug tuvo un sueño (de verdad) en el que la banda se reunía, y lo primero que hizo al despertar fue enviarles un correo electrónico para ver si el sueño se hacía realidad. La respuesta fue un sí rotundo, y al poco tiempo Sunset Rubdown volvió al escenario. Su primer concierto en catorce años fue en Montreal, donde se habían formado hacía tanto tiempo. La gira fue un éxito, sobre todo por la diversión, condición fundamental de su continuo desarrollo. Esta diversión se debió en gran medida a su alegre nuevo miembro, el bajista Nicholas Merz. Y así decidieron grabar un nuevo álbum juntos. El disco se compone de nueve canciones seleccionadas de demos que Krug ha estado publicando en su página de Patreon durante los últimos años. En muchos casos, las canciones son versiones reducidas de sus versiones anteriores, pero no por ello menos exuberantes. Ser una banda no es tarea fácil, sobre todo con la edad de sus miembros y su expansión por todo el continente, pero sin duda es un privilegio. Con Always Happy to Explode, Sunset Rubdown ha creado algo que captura su gratitud y la energía de su alegre (y a veces difícil) reencuentro.