Detalles: Edición limitada en vinilo amarillo. El trabajo de Alan Vega con Suicide es venerado por casi todos los artistas de música electrónica que han tocado un teclado o movido un ratón; su voz áspera, con un toque rockabilly, combinada con los paisajes sonoros ominosos y repetitivos de Martin Rev, abrió camino al post-punk, el synth pop, el rock industrial, el techno... La lista continúa. La carrera en solitario de Vega coincidió sustancialmente con sus grabaciones de Suicide; este lanzamiento de 1983, el primero para una importante discográfica (Elektra), fue su apuesta por el éxito comercial, reclutando a Ric Ocasek de The Cars (que había producido el segundo disco de Suicide) para producirlo y reclutando a un joven Al Jourgenson (que acababa de fundar Ministry) para tocar los teclados. Vega incluso redujo sus canciones, notoriamente largas; sin embargo, su arte seguía resultando demasiado idiosincrásico para el éxito general. Pero incluso si no se tradujo en ventas, el sonido relativamente accesible de Saturn Strip terminó cosechando muchos elogios de la crítica. Este es el mejor álbum en solitario de Vega, destacado por "Kid Congo", su tributo al guitarrista de Cramps/Gun Club, Kid Congo Powers, y una versión del éxito disco "Every 1's a Winner" que suena como Velvet Underground de la era White Light White Heat.