Detalles: Esta colección de piezas para piano de Gian Francesco Malipiero (Venecia, 1882 - Treviso, 1973) casi parece transportarnos por un sinuoso canal veneciano, adentrándonos en los estados de ánimo de un compositor que hizo de la interacción entre el arte y la vida la piedra angular de su existencia. Como él mismo escribió en una carta al musicólogo francés Henry Prunières en el verano de 1924: «Mi obra es el barómetro de mi vida». Desde la perspectiva extrema de Bianchi e neri (1964), su última obra para piano, hasta los Poemetti lunari (1909-10), quizás una de las primeras expresiones características de su estilo, la música de Malipiero explora las posibilidades evocadoras de las formas libres y concisas. Su inclinación por un estilo lacónico lo lleva a repudiar la elaboración temática en favor de breves paneles musicales; una fluidez errática más que una evolución narrativa, la calidad tímbrica por encima del virtuosismo ornamental. Gino Gorini, el primer gran intérprete del pianismo malipieriano, ha captado a la perfección el paradójico juego de antítesis que subyace en la invención de Malipiero cuando habla de una «continuidad discontinua, una regla sin regulación». El resultado, sin embargo, es un mundo imaginativo y coherente, uno de los más originales y singulares de la primera mitad del siglo XX en Italia.