Detalles: Versión triple LP. Biophon presenta una reedición de Shenzhou de Biosphere, publicado originalmente por Touch en 2002. Esta reedición ampliada incluye el álbum extra The Samphire Tower. Paul Cooper, de Pitchfork, sobre el álbum: «Shenzhou, además de ser el nombre de los vehículos espaciales tripulados chinos, significa 'nave mágica', y no puedo imaginar una descripción más acertada para la última incursión de Geir Jenssen en la escucha ambiental profunda... Jenssen vuelve a recurrir al sonido encontrado como material de origen para Shenzhou, pero esta vez, el sonido encontrado son antiguas grabaciones de vinilo de las obras orquestales del compositor impresionista francés y precursor del ambient, Claude Debussy. Jenssen extrae fragmentos de estos discos rayados de forma similar a como lo hizo para 'Black Lamb Grey Falcon' e 'Iberia Eterea' del Cirque du Soleil. Las diez pistas (de la docena del álbum) que siguen este modelo comienzan con un zumbido apenas audible, como un pequeño transformador eléctrico, del que emergen los bucles polvorientos de los instrumentos de viento, metal y cuerda de Debussy, que se condensan y se desvanecen en susurros de ruido rosa. A diferencia de las piezas de fase de Steve Reich o las de Brian Eno... Música Discreta: Jenssen no contrapone sus bucles para producir yuxtaposiciones y una disonancia picante; los usa para describir un terreno imaginario, a primera vista monótonamente plano y árido, pero al concentrarse, repleto de minuciosos detalles. El efecto general de estas piezas es una sensación de inmensidad. Los bucles orquestales suenan distantes, abandonados en un vasto desierto, luchando enérgicamente contra los vientos árticos. Jenssen sitúa al oyente en este desierto como un observador distante, testigo de las inútiles luchas de la música contra las fuerzas entrópicas. Las dos pistas, que no provienen de Debussy, comparten la misma estética hipnótica. El breve interludio «Bose-Einstein Condension» es un bucle de acordes de piano que se deslizan en busca de coherencia, mientras que «Gravity Assist» es un viaje más largo hacia la manipulación de bajas frecuencias con el temblor del woofer, zumbidos de campana y estelas de ruido atenuado. No puedo evitar sentir que estas canciones encajan de forma extraña y rompen el flujo conceptual del álbum. Sin embargo, esto es una pequeña objeción dada la fuerza de esta música. Shenzhou es, sin duda, un vehículo mágico, pero uno que revela su encanto solo a quienes prestan atención.