Detalles: No hay garantía de que se pueda reunir a un grupo de músicos talentosos en un estudio y, al final del día o de la noche, salir con una gran grabación. Muchas sesiones de improvisación aburridas con estrellas musicales demuestran lo contrario. Sin embargo, a veces la combinación rápida funciona. Hay pocos casos en que funciona mejor que en este encuentro entre Cal Tjader y Stan Getz. Nadie podría haber predicho que el resultado sería uno de los mejores álbumes de la carrera de ambos. La calidad de los demás participantes mejoró las probabilidades, aunque en 1958 ninguno de ellos era, ni mucho menos, un artista estrella. Vince Guaraldi y Eddie Duran habían alcanzado una pequeña reputación nacional, pero Scott LaFaro y Billy Higgins apenas eran conocidos fuera del ambiente jazzístico de Los Ángeles. Con esa extraña percepción extrasensorial que a veces se manifiesta en las reuniones de desconocidos con ideas afines que resultan ser artistas de jazz de primer nivel, se unieron en torno a Getz y Tjader y trabajaron en estrecha colaboración. Ginza de Guaraldi y 'Liz-Anne' de Tjader se han convertido en clásicos del jazz. Remasterizado con tecnología de 24 bits, este álbum es un clásico del jazz en todos los sentidos.