Detalles: El director de orquesta alemán Otto Klemperer, figura clave en la historia musical del siglo XX, falleció a los 88 años el 8 de julio de 1973, por lo que en 2023 se conmemorará el 50.º aniversario de su fallecimiento. Sus grabaciones completas, disponibles en el catálogo de Warner Classics, se lanzan por primera vez en dos grandes cajas independientes; el primer volumen, con las Obras Sinfónicas, Conciertos y Lieder (95 CD), se lanzará en junio de 2023. Todas las grabaciones están remasterizadas en HD 192/24 a partir de las fuentes originales. A mediados de la década de 1960, Otto Klemperer, de 80 años, había grabado las nueve sinfonías, el Concierto para violín, Fidelio y la Missa solemnis, pero no los conciertos para piano, que había interpretado con figuras legendarias como Schnabel, Claudio Arrau, Edwin Fischer, Wilhelm Backhaus y, en Moscú en 1936, el joven Emil Gilels. En 1967, grabó el Concierto K503 de Mozart con Daniel Barenboim, de 24 años, el prodigiosamente talentoso pianista y director de orquesta, cuyas grabaciones de las 32 sonatas para piano de Beethoven ya cautivaban al mundo. Hubo una conexión inmediata entre ambos músicos, de la cual surgió un ciclo de conciertos de Beethoven como ningún otro que el gramófono nos había brindado hasta entonces. Barenboim ha dicho de Klemperer: «Abordaba la esencia de lo que quería directamente y sin vacilaciones. No le interesaba el sonido en sí, sino la precisión en la ejecución del tempo, la dinámica y los equilibrios orquestales, a los que dedicaba una atención incansable». Era, dice Barenboim, un músico y un ser humano inquebrantable. Ninguna orquesta dudó jamás de la fuerza interior que emanaba de él. En el momento de las grabaciones de los conciertos para piano, Backhaus aún vivía, al igual que Arrau, pero ninguno de los dos habría podido desafiar, provocar y deleitar al Gran Viejo —ni contrarrestar su vívido pero esencialmente monumental enfoque de los conciertos— como lo hizo Barenboim. Fue una combinación inspirada en la que distintos estilos de creación musical se confrontan, pero se unen conmovedora y alegremente en lo que parece ser (y en cierta medida fue) un acto improvisado de creación musical en vivo.