Detalles: ¿A dónde va la inocencia? De niño, mi imaginación era fuerte. Recuerdo crear mundos, dibujar o jugar con cualquier juguete que tuviera. Cuando empecé a tocar música unos años después, no se sentía muy diferente. El estudio de mi dormitorio se convirtió en mi patio de recreo. Era un juego sin planes ni correcto o incorrecto. El resultado final no importaba. 15 años después, sé más y toco mejor que nunca. Tampoco soy el niño que era. Ahora pienso demasiado, me pongo límites sin darme cuenta o tengo dudas que antes no tenía. Lo que inspiró a VINCENT fue buscar una salida a esto. Una salida de mi mente adulta. Reconectar con la inocencia perdida. De alguna manera, comencé este álbum justo antes de que el mundo se detuviera y todos fuéramos a confinarnos. La situación se volvió ideal. Tenía que quedarme quieto. Tenía opciones limitadas pero tiempo ilimitado. Como cuando era niño. Por supuesto, no todo fue fácil. A veces perdía la noción y tenía que sumergirme de nuevo, fingiendo que no sabía nada de nuevo y recordándome a mí mismo que se trata de la obra. Así se forjó la esencia de la mayoría de estas canciones. Más adelante, se trató de encontrar un equilibrio entre este caos infantil y crear algo presentable. No es nostalgia de la infancia, sino una reflexión sobre cómo sacar lo mejor de ambos mundos. Me encanta ver este álbum como el que lo inició. No creía que el otro lado fuera más verde. No tenía ninguna misión. No llevaba ningún tipo de máscaras. Vivía para el juego y nada era serio. Siempre estaba saltando al vacío. Fracasaba constantemente y no me importaba.