Detalles: El Stabat Mater de Pergolesi ha gozado de enorme fama desde el siglo XVIII. Rousseau calificó su primer movimiento como «el más perfecto y conmovedor que jamás haya salido de la pluma de ningún compositor». La obra se arregló en numerosas ocasiones, por Bach o Hiller, entre otros. Se interpretó más de ochenta veces en el Concert Spirituel de París entre 1753 y 1790, en múltiples versiones, probablemente también con la participación de un coro. Tras consultar varios manuscritos y ediciones conservadas en la Biblioteca Nacional de Francia, Julien Chauvin optó por grabarlo con sopranos y mezzosopranos solistas (el equivalente a los franceses dessus y bas-dessus) y un coro infantil a dos voces: «El coro puede desempeñar un papel fundamental en la narración de un texto tan poderoso y conmovedor», afirma. Esta grabación reúne a dos cantantes emblemáticas del sello Alpha con la excelente Maîtrise de Radio France, de la que Adèle formó parte de niña. Para complementar la obra maestra napolitana, tenemos una sinfonía “sagrada” de Haydn, La Passione, probablemente escrita para el Viernes Santo y en la misma tonalidad que el Stabat.