Detalles: De pequeño, las canciones de ELO siempre sonaban en la radio. Eran una fuente constante de placer y fascinación (excepto "Fire On High", que me daba un miedo terrible). Con este álbum de versiones, quería adentrarme en algunos de los grandes éxitos de los 70, pero también quiero destacar algunos de sus últimos trabajos ("Ordinary Dream" del álbum "Zoom" de 2001, "Secret Messages" y "From The End Of The World", ambos de los 80). Temáticamente, me identifico con la soledad, la alienación y la sensación de espacio exterior en las canciones que elegí. (Siempre me he sentido en parte alienígena, sin pertenecer del todo a este mundo terrenal). En cuanto al sonido, las grabaciones de ELO son como un parque de diversiones repleto de divertidos juegos musicales con capas y capas de partes variadas y meticulosas para que tus oídos exploren; curiosidades de producción; enormes y magníficas pilas de impresionantes rompecabezas de armonías vocales. Mi tarea fue intentar descomponerlo todo y reconstruirlo sutilmente hasta que se sintiera como mío. En general, me mantuve bastante fiel a las estructuras originales mientras buscaba nuevas maneras de expresar o referenciar los singulares y apreciados arreglos de cuerdas de ELO. Habría sido difícil o imposible grabar con una orquesta, y no creía que tuviera sentido intentar copiar esas partes tal como eran originalmente. ¿Por qué no intentar reimaginarlas dentro de mis límites? En algunos casos, transpuse partes de cuerdas a guitarras o teclados, e incluso canté algunas (como en "Showdown" y "Bluebird Is Dead"). Grabar el álbum fue un proceso bastante complicado y prolongado, ya que grababa todas las pistas en mi habitación (la batería y el bajo los grabaron Chris Anzalone y Ed Valauskas, respectivamente, en sus propios espacios de grabación), y me topaba con problemas tecnológicos que me frustraban y me ralentizaban. Pero al final lo logré. Un trabajo hecho con cariño. - Juliana