Detalles: Con el vaivén de la brisa rural, la voz de Hatcher-Williams apacigua y cautiva al oyente en su debut homónimo, que relata su odisea desde niño criado en una secta en Virginia, hasta convertirse en un trabajador tecnológico agotado en Nueva York, y luego regresar a Virginia, felizmente casado con su amiga de la infancia. A lo largo del álbum, explora la identidad en relación con el origen de una persona y su evolución con el lugar donde vive, y cómo esa faceta del yo se ve reforzada por la autonomía que uno tiene sobre su hogar. En cierta medida, Lamplight trata sobre aprender cuándo tomar las riendas y cuándo soltarlas, descubriendo qué partes de uno mismo deben podarse para que puedan crecer nuevas ramas. Hatcher-Williams, nacido en una comunidad New Age con sede en el suroeste de Virginia, pasó sus primeros años inmerso en estudios de arte y tocando en varias bandas, antes de estudiar diseño y programación en un colegio comunitario local. Una oportunidad laboral lo llevó a mudarse a Nueva York con su esposa, donde pronto cofundaría una agencia de diseño digital, y sus ambiciones musicales quedaron en el olvido. El estrés de esta exigente carrera y la vida urbana comenzaron a afectar gravemente su salud mental y física, así como su matrimonio; empezó a soñar con una vida más sencilla con su pareja y finalmente se separó de la empresa. Fue un encuentro casual con una antigua granja en la Virginia rural lo que inmediatamente les proporcionó una sensación de hogar muy necesaria y llevó a la desesperada pareja a regresar a su estado natal. Durante el año que transcurrió entre la decisión de regresar y la realización de su regreso, Hatcher-Williams escribió y grabó lo que se convertiría en Lamplight, intentando procesar y destilar algunas de sus experiencias en canciones. Aunque el álbum tiene momentos que evocan el encaje antiguo y el crujido de las tablas del suelo del folk tradicional, Lamplight se inclina hacia lo moderno, en parte gracias a la hábil producción de Copeland. Hatcher-Williams conoció a Copeland mientras vivía en Brooklyn, y a medida que se conocían, él reveló que había pasado años tocando en bandas antes de que su carrera se apoderara de su vida. El apoyo de Copeland, junto con los cambios simultáneos en la carrera y la vida familiar de Hatcher-Williams, le infundió la confianza para retomar esa parte de sí mismo que sentía inconclusa. La onírica Lamplight resulta familiar y nueva a la vez; es una habitación que reconoces pero no logras ubicar, el fragmento de un recuerdo que no logras identificar. Hay amor, pero también ataques de pánico, realizaciones y ajustes de cuentas, cuestionamientos junto con resignaciones, y confrontación, así como evasión. Al final del álbum, se percibe que Ian Hatcher-Williams ha aprendido que no es el dogma que prometía demasiado y cumplía poco, ni la ambición juvenil que lo llevó al borde de la autodestrucción. Es una máquina flexible con limitaciones, improvisando y adaptándose, buscando el equilibrio y un sentido de pertenencia, como todos los demás.