Detalles: Este álbum debe su título, «Beauté barbare», a Telemann, quien describió la música que descubrió durante un viaje a la Alta Silesia en 1705 como «en su auténtica belleza bárbara». ¿Se refería a «salvaje»? ¿A «exótica»? En cualquier caso, el compositor quedó fascinado: «Un observador atento podría extraer de [esos músicos] suficientes ideas en ocho días para toda una vida». François Lazarevitch, igualmente apasionado admirador de la música folclórica, cuyas raíces serbias lo vinculan a estas culturas, ha concebido este programa desenfrenado y vibrante que mezcla Telemann (Concerto Polonois) con la música romaní de Europa del Este del siglo XVIII, gracias a una colección de melodías de danza de 1730 que ha desenterrado. «Lo que nos interesa como intérpretes barrocos es intentar encontrar en las piezas de «música culta» todo lo que no está escrito, es decir, la energía y el «swing» de las danzas folclóricas». 'Me gusta que la música que tocamos no suene a música antigua', explica el flautista y fundador de Les Musiciens de Saint-Julien, a quienes se unen para la ocasión un virtuoso del platillo y una gran variedad de instrumentos de percusión.