Detalles: Cuando Linda Smith compró una grabadora de casete de 4 pistas a mediados de los 80, no fue con la intención de lanzarse como solista. En ese momento, tocaba la guitarra en una banda llamada The Woods y pensó que sería útil para compartir maquetas con sus compañeros. Al final, la grabadora de 4 pistas sobrevivió a The Woods, pero Smith ya había empezado a experimentar con sus propias canciones. Esta nueva afición la acompañó desde Nueva York hasta su Baltimore natal, y durante la década siguiente publicaría varios álbumes de delicada y cautivadora música solista en casete. Till Another Time: 1988-1996 es la primera colección retrospectiva de la encantadora música lo-fi de Smith, lo que la sitúa como pionera del auge de la grabación doméstica que persiste en la actualidad. Austera y suave, la música de Linda está teñida de una melancolía desgarradora a pesar de la dulzura de su voz. Sobre melodías con influencias del pop de los 60 en temas como "A Crumb Of Your Affection", Smith ofrece observaciones como "Había tenido tanta hambre durante tanto tiempo que había olvidado cómo comer" con una sincera suavidad. En otros momentos, su voz adquiere una expresión post-punk inexpresiva, como en "I See Your Face" cuando repite con tristeza "alguien habla y oigo tu nombre". El efecto de ambos modos es un encanto cautivador, que recuerda por igual a los primeros Cherry Red Records y al yé-yé de los 60. Esta sensación de atemporalidad se vio reforzada por la sensatez de Smith en la grabación. Grabó casi todas sus canciones en casa, utilizando grabadoras de 4 y, posteriormente, de 8 pistas. Grabar en cinta le proporcionaba una gran libertad creativa: eliminaba la necesidad de una banda o un estudio para dar vida a sus ideas. Sin que Smith lo supiera, esta era una conclusión a la que llegaban muchos músicos en aquel momento: las semillas del movimiento de la grabación casera se estaban sembrando por todo el país, y ella estaba a la vanguardia. Desafortunadamente, la independencia que hizo atractiva la grabación casera para artistas como Smith también les dificultó llegar a un público más amplio. La mayoría de sus comunidades eran aisladas, y dependían de publicaciones especializadas, el intercambio de casetes y el boca a boca para compartir música. La propia Smith publicó algunos discos de 7" en sellos como Slumberland y Harriet, pero mantuvo un alcance relativamente local. Sin embargo, se puede trazar una línea directa desde Smith, quien grabó su primer álbum en su apartamento de Brooklyn hace tantos años, hasta la omnipresencia actual de la grabación en el dormitorio. Till Another Time es un esfuerzo por lograr precisamente eso, arrojando luz sobre su fascinante catálogo y reconociendo su papel en la configuración del panorama musical actual.