Detalles: Stars Are the Light, el luminoso séptimo álbum de los exploradores psicodélicos estadounidenses Moon Duo, marca una progresión hacia un territorio significativamente nuevo. Partiendo de la preocupación por lo trascendental y lo oculto que inspiró el rock psicodélico guitarrístico de Ripley Johnson y Sanae Yamada, y que alcanzó su apoteosis en el aclamado díptico Occult Architecture, Stars Are the Light ve a la banda sintetizar lo abstracto y metafísico con lo corpóreo y terrenal. Yamada afirma: «Hemos cambiado, la naturaleza de nuestra colaboración ha cambiado, el mundo ha cambiado, y queríamos que la nueva música reflejara eso». Partiendo de Occult Architecture Vol. 2, el álbum posee una fisicalidad sonora que es a la vez propulsiva y ondulante; sitúa la danza en el centro de un nexo expansivo que conecta el cuerpo con las estrellas. Estas son canciones sobre la experiencia humana encarnada: amor, cambio, incomprensión, lucha interna, alegría, miseria, alienación, discordia, armonía, celebración, interpretadas como una especie de danza del yo, tanto en relación con otros seres como con la danza eterna del cosmos. Tomando la música disco como punto de partida, orientada al groove, Stars Are the Light brilla con elementos del funk de los 70 y el rave de los 90. El sonido característico de la guitarra de Johnson se encuentra en su punto más lánguido y refinado, mientras que los sintetizadores y la voz onírica de Yamada se destacan para crear una percusión espaciosa que invita al cuerpo a moverse con sus ritmos hipnóticos. Con Sonic Boom (Spacemen 3, Spectrum) en la mesa de mezclas en la Serra de Sintra de Portugal (conocida por los romanos como "Las Montañas de la Luna"), el exuberante paisaje de la zona y las poderosas energías lunares ejercieron una fuerte influencia en la atmósfera y la textura sonora del álbum. Sobre adoptar la música disco como inspiración, Yamada comenta: «Es algo que no habíamos mencionado antes en nuestra música, pero sus conceptos fundamentales se alinean perfectamente con lo que buscábamos al crear el álbum. La música disco es, ante todo, música de baile, y estábamos profundizando en la idea de esta danza infinita de cuerpos en la naturaleza. También nos inspiró mucho el espacio y la comunidad de una discoteca: un espacio de libre expresión a través del baile, la moda y la forma de ser; donde todos eran bienvenidos, se celebraba la diversidad y la identidad podía fluir; donde la fuerza vital que nos anima a cada uno de nosotros de manera diferente podía florecer».