Detalles: Moses Sumney evade la definición como un acto de deber: videos tecnicolor y ropa monocromática; Art Rock y Black Classical; irrumpiendo en la Semana de la Moda desde un pequeño pueblo de Carolina del Norte; colaboradores aparentemente infinitos, pero solo una voz asombrosa. Una vida joven transcurrida entre el sur de California y Accra, Ghana; no tanto desarraigado como epífito, una planta de aire. La escala es cinematográfica, pero los movimientos son precisos actos de arte y administración. El nuevo y generoso álbum de Sumney, græ, es una afirmación de que lo indefinible aún existe y habitar en él es un acto de resistencia. Intentar encasillar a Sumney en un sonido, y en realidad, en cualquier tema, es terminar con un puñado de niebla, pero su genio nunca permite que el conjunto suene a mezcolanza. Su próximo álbum doble amplía el universo sonoro creado en el aclamado LP debut de Sumney, Aromanticism, y su posterior EP, Black In Deep Red (2014). Las canciones de græ pueden ser divergentes, como el drama visceral, al estilo de Smashing Pumpkins, de "Virile" y el jazz embriagador y final de "Gagarin". El bop perverso y ambiguo de "Cut Me" se contrapone a la arrolladora y explosiva "Bless Me". Pero ahí está esa voz, siempre inescrutable y penetrante, que une estas piezas: un áspero celestial, un canto de ballena, el cuerno de Miles, un gruñido conmovedor. Todo ello crea una paradoja, manteniendo al arte y al artista en un punto intermedio entre una certeza absoluta, pero sin duda algo que exige tu atención fija y tu respiración contenida. Todo esto es græ. Probablemente exista una analogía bíblica sobre una persona que casualmente se llama Moisés, quien huye de la dualidad, divide un cuerpo enorme en dos partes y nos guía a través de un espacio intermedio: sagrado y completamente rebelde. Al dividir græ en dos piezas multifacéticas y dinámicas, Sumney crea literalmente un espacio intermedio "gris" para que los oyentes absorban y reflexionen sobre el arte. No son estrictamente sencillos, ni estrictamente álbumes, nunca canciones o segmentos de palabra hablada por sí solos. No es ni aquí ni allá. Ni/Ni, por así decirlo.