Detalles: Patrick Holland no es ajeno a los fantasmas. En los últimos años, el músico y productor de Montreal se ha acostumbrado a ruidos extraños, a aparatos electrónicos que se rompen, a objetos extraviados y, en una ocasión reciente, a un vaso que se hizo añicos espontáneamente junto a él. Molesto, sin duda, pero lo ha aceptado; después de todo, lo desconocido solo da miedo si lo permitimos. Esta actitud es la esencia del nuevo álbum de Holland, dirigido en parte a un "otro" anónimo y pseudoparanormal. You're The Boss es su primera incursión en el indie pop con influencias guitarrísticas, lleno de reflexiones optimistas sobre la renuncia al control. Como la mayoría de los músicos de gira, 2020 encontró a Holland en una encrucijada. Conocido principalmente por sus lanzamientos electrónicos bajo alias como Project Pablo y Jump Source, había pasado los últimos años viajando por el mundo tocando en sesiones de DJ y festivales. Entre bastidores, también trabajaba como ingeniero de mezcla, productor y remezclador, aportando su destreza técnica a TOPS, Cut Copy, Jacques Greene, Homeshake y otros. En el estancamiento inicial de la pandemia, la incertidumbre se manifestó en el "fantasma": una amalgama de las ansiedades personales de Holland, la incertidumbre del futuro y otros fenómenos inexplicables. Sin embargo, en lugar de sucumbir a esta duda, Holland se hizo amigo de ella. "Tú mandas" se convirtió en una especie de mantra en este esfuerzo, un recordatorio para ceder el control mientras se adentraba en terreno desconocido. Durante varios meses, Holland compuso y grabó el álbum en conjunto, tocando él mismo la mayoría de los instrumentos, además de escribir y cantar letras por primera vez en su obra discográfica. El disco resultante es una reintroducción acertada de Holland como artista. Si bien supone un giro estilístico respecto a las texturas house y ambient de sus anteriores lanzamientos, la aguda sensibilidad melódica que siempre ha sustentado su música se muestra plenamente aquí. Los sencillos "Sinister Bell" y "Nice Try" presentan arreglos pegadizos de guitarras alegres y armonías vocales aterciopeladas (incluyendo coros de Jane Penny, David Carriere y Marta Cikojevic de TOPS). Por otra parte, Holland mezcla sus texturas de sintetizador sobrenaturales con solos de saxofón, a cargo de Chris Edmondson, en temas como "Sink to Dusk" y "The Shame Of It All", creando una atmósfera melancólica y contemplativa que recuerda a su obra anterior. A pesar de abarcar una amplia gama sonora, You're The Boss también suena notablemente cohesivo, testimonio de la impecable capacidad de producción y mezcla de Holland. Hay tensión en este disco a pesar de su brillo, sin duda. Experimentar con el lirismo y el canto por primera vez fue un ejercicio de vulnerabilidad para Holland, y las reflexiones resultantes lo encuentran lidiando con la inseguridad. Sobre melodías pegadizas y animadas, se pregunta: "¿Estoy perdiendo el contacto? ¿Salgo lo suficiente?" ("Losing Touch") y "Todo está en mi cabeza / ¿Cuánto tiempo falta para que termine?" ("Running From Nothing"). Estas preguntas quedan sin respuesta, y el álbum termina con una nota ambigua: el breve cierre "January" solo tiene una línea: "No quiero irme de aquí". La ambigüedad aquí parece intencional; al final, encontrar la respuesta no importa. Para Holland, la honestidad es su propia resolución. Resulta irónico, en cierto modo, que un álbum sobre ceder el control resulte ser una muestra tan magistral de capacidad creativa. Sin embargo, a los fans de toda la vida de Holland no les sorprenderá: hay una precisión desenfadada en todo lo que hace; un equilibrio entre una minuciosa atención al detalle y una afable naturalidad. Aunque está lleno de novedades, You're The Boss suena como la obra de un artista independiente con décadas de trayectoria.