Detalles: En medio del aislamiento de los últimos más de dos años, Sam Bielanski de Pony y su compañero Matty Morand se transformaron en máquinas de escribir canciones. Gracias en parte a su proyecto de podcast pandémico, 2 Much TV, que se retó a escribir una nueva canción cada semana, escribieron más de 100 canciones originales, inspirándose en horas de televisión, libros y autoreflexión, y perfeccionando constantemente sus habilidades de composición con cada nueva melodía. El resultado es el segundo álbum de estudio de larga duración de la banda, Velveteen, que presenta algunas de sus facetas más vulnerables hasta la fecha: 10 nuevas historias sobre la conexión profunda o el anhelo por ella, y la aceptación de la verdadera autenticidad, todo envuelto en ganchos pop fáciles de digerir y melodías contagiosas. "En mi caso, he aprendido que nos convertimos en nuestro yo más auténtico cuando nos permitimos ser abiertos y sentirnos profundamente afectados por otra persona", dice Bielanski, reflexionando sobre el proceso de composición que también coincidió con una lucha de 9 meses contra el insomnio que inspiró el título del álbum. Escuchaba un audiolibro del conejo de terciopelo todas las noches hasta que me dormía. Me obsesioné con la historia, pero nunca la escuché completa. La interpretación que hice de la historia fue que es el amor que damos y recibimos lo que nos hace reales o completos. El capítulo que me resultó especialmente desgarrador es cuando el conejo de terciopelo intenta pasar tiempo con los conejos reales del bosque, y al compararse se da cuenta de que no es tan real como creía. Fue una buena lección para mí, incluso ahora, porque lucho constantemente contra el impulso de compararme con los demás. Tus experiencias individuales te hacen quien eres y nada puede cambiar eso. Eso pensaba, hasta que finalmente escuché la historia completa y descubrí que al final del libro un hada convierte al conejo de terciopelo en un conejo de verdad, y entonces me confundí muchísimo. El proceso de composición de este disco fue diferente al de cualquier otra grabación anterior de música por parte de Pony. Bielanski estaba encerrado, tenía un vecino malo y se vio obligado a escribir música en absoluto silencio. Hice muchas de las maquetas de este disco en GarageBand con mi teléfono, a menudo cantando con el micrófono de mis auriculares dentro del armario para no molestar a nadie. Una vez que estaba satisfecho con las canciones, Matty añadía sus contribuciones hasta que sentíamos que estaban casi listas. Era increíble ver cuánto cambiaban las canciones cada vez que se añadía alguien nuevo a la mezcla. No fue hasta que las grabamos con [el ingeniero de grabación] Alex Gamble que las canciones cobraron vida para mí. Supongo que Alex fue el hada que hizo realidad a Velveteen.