Detalles: Durante los últimos siete años, el uso distintivo de sintetizadores analógicos, ritmos electrónicos mezclados con percusión orgánica, diseño de sonido lo-fi y ambiente áspero de Public Memory ha creado un mundo singularmente misterioso y sombrío. Los primeros segundos del nuevo disco de Public Memory, Elegiac Beat, nos sumergen de inmediato en ese mundo. Estamos in media res, con la sensación de un movimiento repentino de un punto A a un punto B. Sin embargo, con un poco de tiempo, nos damos cuenta de que hay algo extraño: algo de brillo, algunas sombras dejadas de lado, algo de jazz y funk entre el dub y el krautrock. Se trata de una atmósfera desconocida y ambigua que impulsa a Public Memory hacia nuevos horizontes. Seguimos dejando atrás las luces nubladas y los edificios vacíos de álbumes anteriores, pero ahora con un ligero rebote ocasional, una ligera neblina dorada en los bordes. El primer sencillo, "Savage Grin", lo confirma claramente. La canción tiene un aire jazzístico y trip-hop, aunque filtrado a través de la lente narcótica y difusa de Public Memory. Podríamos estar en el salón de un hotel en los Alpes, de vacaciones, o fuera del tiempo, en un majestuoso y resplandeciente salón de baile. Pero aún tenemos la sensación de estar embrujados, o quizás incluso perseguidos. Esta sensación se intensifica y alcanza su punto álgido hacia el final, cada vez más oscuro, del tema, que conduce directamente a "Afterimage", donde alguien canta casi imperceptiblemente "I hear them coming" con un tono retorcido y autotuneado. El segundo sencillo, "7 Floor", comienza con baterías flangeadas y punteos de sintetizador dañado, evocando una especie de aparición que flota hacia nosotros en la niebla. A medida que avanza la canción, se produce, al igual que en "Savage Grin", un contraste entre un exterior frío y un espacio interior, más cálido y humano. Esta vez, sin embargo, pasamos de lo frío a lo cálido, ya que los sintetizadores del inicio dan paso a un órgano estilo Rhodes y un sintetizador de cuerdas de acompañamiento, infundiendo una inesperada sensación de paz. Pero, al igual que "Savage Grin", la canción llega a su final a través de un punto intermedio, más allá de la bruma. Sintetizadores desvanecidos y distantes se funden con voces —humanas o quizás no— que nos llaman, o quizás nos advierten. No podemos estar seguros de cuál. El tercer sencillo, "Far End Of The Courtyard", nos acerca al clásico Public Memory con ritmos de hip-hop, samples cortados y distorsionados, ambiente lo-fi y pianos eléctricos fantasmales que complementan las voces. Hay oscuridad, quizás más aquí que en los dos sencillos anteriores, pero con un momento crucial de luminosidad inspiradora tan sutil que puede pasar desapercibido a primera vista. Como contrapartida a "Savage Grin" y "7 Floor", terminamos con brillo, con el lado más jazzero del disco a la vanguardia a medida que el tema se desvanece en esa neblina dorada. Sin embargo, al final, la neblina puede ser solo eso: un vapor, una niebla, una ligera capa de otro mundo sobre el degradado que Public Memory retrata con tanta eficacia. Elegiac Beat se sitúa entre dos lugares, y al estar a caballo entre ambos, no sabemos si la luz que aporta proviene directamente del sol o si se refleja tenuemente en ese majestuoso mundo de baile de salón. Para fans del trip hop de Bristol de los 90, el coldwave y The Eraser de Thom Yorke.