Detalles: A menudo se olvida que Bernhard Romberg no solo fue un virtuoso, sino que también, como compositor, estuvo considerado entre los representantes más importantes de su generación. Es fácil encontrar testimonios en este sentido: Romberg fue «uno de los violonchelistas más destacados del mundo, también como compositor y experto en el arte musical» (Hamburgo, 1801); fue considerado «uno de los compositores más destacados y el más consumado de todos los violonchelistas vivos» (Leipzig, 1807). El cuarto concierto para violonchelo de Romberg se encuentra entre sus composiciones más queridas; violonchelistas más jóvenes como Justus Johann Friedrich Dotzauer y Maximilian Bohrer incluso lo incluyeron en sus repertorios. En cuanto a formas y tipos de movimiento, Romberg se atiene a los precedentes tradicionales, pero el diseño de las grandes formas no impide en absoluto muchos rasgos individuales interesantes e innovadores. La primera interpretación documentada de Romberg de su sexto concierto para violonchelo, conocido como el "Concierto militar", tuvo lugar en San Petersburgo en 1812. Como en todas partes, la obra y su interpretación fueron recibidas con entusiasmo. El crítico local del Allgemeine musikalische Zeitung escribió: "Aquí también recibió más aplausos que todos los músicos que han estado aquí. Quienes lo escucharon parecían estar genuinamente encantados".