Detalles: La obra de Gottlieb Muffat, dedicada casi en su totalidad a instrumentos de teclado y que combina hábilmente el stile antico y el stile moderno, merece una atención más detallada de la que jamás se le ha brindado. La mayoría de las fuentes que contienen música de Muffat son inéditas, con solo dos colecciones publicadas por orden del propio compositor durante sus años al servicio del Emperador en Viena. Una de ellas es Componimenti Musicali per il Cembalo (Augsburgo, 1739). Esta colección contiene seis suites y una ciacona con 38 variaciones para clavicémbalo solo. El compositor describe estas siete obras como caprichos o galantes para ser interpretadas en el stile moderno y para adaptarse a los gustos modernos. Aunque organizadas en el orden convencional de Allemande-Courante-Zarabande-Gigue, Muffat también añadió varias danzas opcionales, mostrando una gran innovación. Los primeros movimientos son de naturaleza introductoria, a menudo de forma fugal y con variaciones de estilo y ritmo: Ouverture (Suites 1 y 5), Preludio (Suite 2) y Fantaisie (Suites 3, 4 y 6). La séptima pieza de la colección, la Ciacona con 38 Variazioni, es un caso especial. Como sugiere Christopher Hogwood en su introducción a la edición moderna (Orpheus, 2009), la Ciacona podría ser otro homenaje a la familia imperial, ya que el número de variaciones coincide con la edad que tendría la sobrina de Carlos VI, María Amalia, el 22 de octubre de 1739. El interés de Muffat por la composición contemporánea para clavicémbalo se evidencia con mayor claridad en su transcripción y reinterpretación de obras de George Frideric Handel, basada en una copia manuscrita de las Suites des pièces pour le clavecin que conservaba en su biblioteca. Muffat reelaboró ​​las suites de la colección de Händel, sugiriendo nueva ornamentación, distribuyendo las notas de forma diferente entre las manos, cambiando las claves y, en ocasiones, los valores de las notas, y añadiendo ligaduras y cadencias. Posteriormente, aplicó todo lo observado al reescribir las suites de Händel a sus propios Componimenti musicali: incluye una tabla de ornamentos, que el compositor exige interpretar con arte y discreción; considera la posición de las manos del intérprete sobre el teclado en su escritura y evita el uso de múltiples claves en una misma línea para evitar confusiones; describe la manera óptima de usar el pulgar para las alteraciones; y proporciona la interpretación técnica correcta de los trinos y las ligaduras. El estudio de los Componimenti revela lo que podría definirse como una intención pedagógica, así como un claro deseo de que la partitura fuera inequívoca y accesible mediante sus instrucciones introductorias. La colección contribuyó en gran medida a establecer un nuevo referente para la escritura para teclado en las tierras del Imperio vienés.