Detalles: A pesar de ser (quizás) el trabajo más accesible y melódico de la banda hasta la fecha, el cuarto álbum del cuarteto neoyorquino Sunwatchers llega entre notas vibrantes, con el vibrante zumbido de "Sunwatchers vs. Tooth Decay"; el título hace referencia a un álbum de 1976 con el atleta y activista Muhammad Ali. Un guiño descarado, sin duda, pero impregnado de la máxima reverencia. Esta actitud resume la estética de Sunwatchers en pocas palabras: el reconocimiento (generalmente a través de los irreverentes títulos de las canciones o las portadas de los álbumes) de que las cosas de la vida que debemos tomar en serio se enfrentan y comprenden mejor cuando se desarman con un guiño o un codazo. La banda puede disfrazar su ardiente activismo con un disfraz de bufón, pero eso no disminuye la fuerza de su ataque. El doblete de "Love Paste" y "Brown Ice" llega a continuación, con la tierna melodía inicial de la primera acentuada por exuberantes "¡WOO!", mientras que la segunda se lanza a una marcha urgente y entrecortada que utiliza un efectivo arranque y desenlace musical, aumentando su intensidad a lo largo de sus casi seis minutos de duración. "Thee Worm Store" cierra la primera cara, comenzando con un pesado gruñido de sintetizador, hasta que gana velocidad y termina en una frenética y ruidosa batalla campal. La segunda cara avanza con "The Conch", una obvia referencia a "El señor de las moscas", y una deliciosa subversión de la idea de un "himno heroico" lastrada por la parafernalia del tribalismo. Sin embargo, el tema estrella del álbum es "The Earthsized Thumb", el último tema de casi veinte minutos. El guitarrista Jim McHugh interpreta una hipnótica melodía de guitarra sahariana mientras el resto de la banda se va integrando uno a uno con los distintivos movimientos musicales de la melodía, ¿quizás un "Quick One" cósmico para todos? El título del álbum, "Oh Yeah?", es a la vez un homenaje a Mingus, el álbum "Help" de Thee Oh Sees (cuya portada fue cosida a mano por Brigid Dawson), y (por supuesto) el grito de guerra del mismísimo KoolBrave, el avatar de Kool-Aid Man-Braveheart que la banda adoptó como símbolo. Los tres años transcurridos desde el lanzamiento de "II", su segundo álbum (y debut en TiM), han visto a la banda engalanar escenarios de Estados Unidos y Europa, reclutando a más camaradas en su misión de solidaridad (sonoramente hablando) con cada concierto.