Detalles: Prensado de vinilo LP con descarga digital que incluye tres canciones adicionales (solo descarga). Cuando llegó el momento de hacer Ad Infinitum, el cuarto álbum de Telekinesis, el baterista, compositor y arquitecto principal Michael Lerner se encontró en un aprieto. En poco menos de cinco años, había lanzado tres discos fantásticos: Telekinesis! (2009), 12 Desperate Straight Lines (2011) y Dormarion (2013), cada uno más ambicioso que el anterior. Había girado por todo el mundo, compartido escenarios con grandes bandas y cautivado a los fans con su contagioso y exuberante power pop. Recién casado y felizmente instalado en el estudio casero que había montado en el sótano de su casa en West Seattle, Lerner se encontró haciéndose la pregunta que ha atormentado a las bandas de éxito modesto a lo largo de los años: ¿Qué haces después de que los sueños de rock and roll que tenías a los 19 años se han hecho realidad? "Bajé al sótano", recuerda Lerner, "y empecé a tocar los mismos acordes de siempre... Sentía que había agotado todo lo que sabía. No estaba nada emocionado. Simplemente no podía hacer otro álbum de power-pop". Si bien muchos artistas han aprovechado con éxito sonidos y técnicas de producción clásicas en los últimos años, Ad Infinitum es diferente. Se siente menos como una cápsula del tiempo y más como una máquina del tiempo. En la versión cinematográfica de la historia, Lerner tropezaba al bajar las escaleras, se golpeaba la cabeza y despertaba en 1983. La única manera de volver al presente era grabar un disco con los instrumentos disponibles. Luego, en 2015, despertaba y descubría que había estado en el estudio de su sótano todo el tiempo. Y el disco que había grabado en ese extraño estado de sueño se convertiría en Ad Infinitum, el lanzamiento más ambicioso y seguro de Telekinesis hasta la fecha.