Detalles: La saga del debut del compositor Tim Story en 1982 es un caso de estudio en las arenas movedizas de la industria de la música progresiva temprana. Grabado en un Tascam de 4 pistas en el sótano de su habitación en Whitehouse, Ohio, utilizando un equipo heterogéneo (un vibráfono recuperado, una Les Paul de una casa de empeño, el piano espineta de su madre, un sintetizador PAiA ensamblado por el padre de su novia y una Yamaha CS-30), Story, con optimismo, dobló seis casetes y los envió por todo el mundo. Tras el cortés rechazo de Klaus Schulze, el sello vanguardista francés Atem (This Heat, Univers Zero, Art Zoyd) se puso en contacto con él para ofrecerle publicar Threads a través de su nueva subdivisión de electrónica instrumental, Labyrinthes. Tras varias cartas confirmando los términos del acuerdo, así como múltiples rondas de prensas de prueba, la correspondencia cesó repentinamente. Unos meses después, el sello cerró, sin haber comenzado nunca. Sincronísticamente, sin embargo, la copia de Schulze terminó en la guantera de un ingeniero asociado, quien casualmente se la puso a un par de periodistas visitantes con contactos en un sello noruego relativamente nuevo, Uniton Records (Popul Vuh, Harold Budd). Impresionados, conectaron a Story con el director del sello, pero para entonces ya había grabado una secuela, In Another Country, de corte más neoclásico, que se convirtió en su lanzamiento inaugural. Finalmente, 40 años después, Dais Records rectifica el error histórico al publicar Threads en vinilo por primera vez. Es una obra hermosa y cautivadora, exploratoria pero emotiva, que documenta, como dice Story, «el camino no recorrido... como el primer capítulo de un libro que se dejó de lado para comenzar otro». A pesar de tener apenas veintipocos años al momento de su creación, Threads se percibe refinado y meditado, explorando un espectro diverso de estados de ánimo y melodías minimalistas. Desde devocionales sintetizadores con destellos solares ("Tethered By A Thread") hasta sombrías derivas cósmicas ("Without Waves", "Iso") y frágiles viñetas de piano ("Burst", "Scene And Artifact"), los instintos compositivos de Story se inclinan hacia lo sutil y lo sofisticado, tallando gemas de resplandor fluctuante. Cita su descubrimiento de los bucles de cinta como una herramienta central en el proceso, permitiéndole generar patrones recurrentes de ecos y texturas, que decaen en volumen y fidelidad según sus deseos: "Se abrió un mundo completamente nuevo e inspirador". Como cápsula del tiempo y fuente discográfica a la vez, Threads captura vívidamente la sensación inicial de la música electrónica de principios de los 80: postcósmica, pre-new age, antes de que el ambient se codificara, justo cuando los sintetizadores comenzaban a infiltrarse en el underground. Es un álbum de inicios y bifurcaciones, un viaje interior hacia horizontes ilimitados, nacido de la "dedicación juvenil a algo que uno ama, en un mundo que se siente incierto".