Detalles: Recopilando todos los elementos inusuales que no caen en la simple dicotomía de lo bajo y lo alto, Bastards revela a Waits en su faceta más teatral, lleno de extraños monólogos hablados, arreglos de ópera gitana, experimentos a capela y versiones demenciales. Poca gente puede crear música auténticamente aterradora sin caer en la absurdidad exagerada, pero esta es otra habilidad que Waits puede presumir; basta con mirar la pesadilla de Disney de su "Heigh Ho" o el macabro documental de naturaleza de "Army Ants". Quizás no haya nada en estos tres discos tan impactante como "Dog Door", su colaboración con Sparklehorse que atrapa el repertorio de voces de Waits en una casa de la risa de sintetizadores y bucles de cinta, una emocionante (y provocativamente rara) versión moderna de su fórmula familiar.