Detalles: Hay momentos en la vida en los que parece que la oscuridad consumirá la luz. Sufrimiento. Pérdida. El vacío que sigue. A distancia, podemos prepararnos para las sombrías inevitabilidades de la enfermedad, la demencia y el deterioro de la vejez, pero al enfrentarnos más íntimamente a su impacto, es fácil imaginar a un demonio oculto atiborrándose de la miseria causada. De tal dolor nació el despiadado segundo álbum de Urne, A Feast On Sorrow. "Hubo muchos momentos oscuros", suspira el líder Joe Nally. "Perder a alguien es horrible; cuando la realidad golpea, impacta. Estaba lleno de emociones reprimidas —ira, confusión— y solo podía liberarlas a través de la agresión. Esto es mucho más oscuro. Nuestro primer LP, Serpent & Spirit, tenía bastantes elementos 'divertidos'. Aquí no hay muchos". Junto al voluble guitarrista Angus Neyra y el recién incorporado maestro baterista James Cook, la misión era crear algo definitivo. Inesperadamente, contarían con la ayuda del líder de Gojira, Joe Duplantier —ya un gran fan de la banda—, quien invitó a los londinenses a grabar en su estudio Silver Cord en Brooklyn, Nueva York, y se unió al equipo para producir. Desde el fulgurante tema inicial "The Flood Came Rushing In" y la brutal introspección de "To Die Twice" hasta los épicos pilares de 11 minutos "A Stumble Of Words" y "The Longer Goodbye/Where Do The Memories Go", la mezcla de destrucción y liberación es absolutamente impresionante. "La historia personal que cuento en este álbum aún está en desarrollo, pero siento que he podido decir lo que necesitaba decir", concluye Nally. "Fue una experiencia increíblemente catártica poder escribir este álbum, gritarlo, escucharlo de vuelta. He sacado mis emociones. He sacado mi significado. He sacado mi mensaje. Lo que necesitaba hacer ya está hecho".