Detalles: Esta grabación refleja la vida musical en Francia en el siglo XVIII. Dejando de lado el prestigioso repertorio de obras vocales e instrumentales, Les Musiciens de Saint-Julien nos comparten música que jugó un papel importante, primero en la vida cotidiana y las prácticas musicales de la aristocracia, antes de ganar mucho más popularidad entre las clases medias y bajas parisinas, de modo que finalmente se popularizó en todos los estratos sociales. En el París del siglo XVIII, todos conocían y apreciaban las canciones conocidas como morenas y petits airs tendres. Los minuetos, con melodías tomadas de óperas famosas y textos a veces modificados, y las contradanzas (bailes campestres), importadas de los salones de baile ingleses, impregnaron la sociedad, atrayendo tanto a la clase baja como a los más aristócratas. Estas piezas no estaban pensadas para una escucha pasiva, sino para ser interpretadas, cantadas, bailadas y experimentadas a diario, siempre que se presentara la oportunidad. Apreciados en los distintos estratos sociales, actuaron, por así decirlo, como un denominador común: un gusto y una sensibilidad compartidos por todos, en la capital francesa y más allá.